¿Cuál es la utilidad de los dientes de leche?

por Clínica Such Salud dental

Decir “no importa si se estropean, pues son sólo los dientes de leche” equivale a decir que tampoco importan los dientes definitivos.

En realidad, los humanos estamos poco provistos en lo que a dientes se refiere, si consideramos que sólo los cambiamos una vez. Algunos animales reponen sus dientes a medida que los gastan, por ejemplo, el tiburón. Otros, como el caballo o el castor, tienen dientes que continúan creciendo durante toda su vida debido a que como siempre están comiendo, los desgastan continuamente.

Los dientes de leche, que comienzan a aparecer alrededor de los siete u ocho meses, aunque no es ésta una norma general, se cambian entre los seis y los ocho años de edad

Estos dientes son pequeños y probablemente por esto se cambian más tarde, ya que la mandíbula del niño ha de crecer, y los dientes permanentes, que deben ser lo suficientemente grandes para llenarla y lo suficientemente fuertes para durar toda la vida no encajarían en una boca infantil.

La función de ambos tipos de denticiones la misma: masticar los alimentos para digerirlos mejor. También ayudan a formar la mandíbula en crecimiento; si faltan, la segunda dentición es defectuosa debido a que la mandíbula queda pequeña y los dientes permanentes salen torcidos y montados unos sobre otros. Por esto, el cuidado de los dientes de leche es tan importante como el cuidado de los dientes definitivos. Han de ser cepillados regularmente y, si presentan caries, deben ser empastados. Por este motivo es importante no dar a los niños muchos alimentos azucarados, ya que contribuyen a formar la placa dental, que es un perfecto medio de cultivo para los microorganismos que producen caries dentales.

Existe, además, un efecto educativo en el hecho de cuidar la salud dental desde el principio. Además de evitar problemas, como hemos dicho, los niños aprenden la rutina diaria de la limpieza. Este efecto educativo no es menos importante que el hecho en sí, ya que en esas edades los niños son auténticas “esponjas” de conocimientos y poseen una mentalidad muy maleable. Si actuamos de esta manera fijaremos en el niño la procupación por su salud oral que hará que ésta perdure en el futuro.

Hay que recordar siempre que pensar: “no importa si se estropean, pues son sólo los dientes de leche” equivale a decir que tampoco importan los dientes definitivos.