Relación entre la salud e higiene periodontal y nuestra salud general
por Clínica Such Salud dentalLas enfermedades de la boca están entre las más frecuentes en el ser humano.
Por un lado, la caries que es la enfermedad crónica más extendida del mundo y la más frecuente entre las que ocurren en la infancia. De hecho, la prevalencia global de caries no tratada se cifra en el 40% de la población.
Por otro lado, las enfermedades periodontales también están entre las enfermedades crónicas más prevalentes en el ser humano. Con datos globales, en el año 2010 la periodontitis avanza- da era la sexta patología más extendida, afectando a 743 millones de personas en todo el mundo (11.2%)
Los datos en España señalan que afectan al 85% de las personas mayores de 35 años (gingivitis y periodontitis) y la periodontitis afectaría entre el 25—40% de los adultos.
CONSECUENCIAS DE LAS ENFERMEDADES PERIODONTALES
Las enfermedades bucodentales y la periodontitis en concreto, tienen importantes consecuencias a nivel local, en la boca, pues al perder su soporte los dientes se pueden desplazar, se empiezan a mover e, incluso, se pueden perder. Todo esto causa importantes problemas funcionales y estéticos que afectan, entre otros aspectos, a la alimentación. Además, estas consecuencias locales tienen importantes implicaciones en la propia vida del paciente, afectando a las relaciones sociales o a la calidad de vida, como han demostrado numerosos estudios. Pero además, la presencia de una infección crónica bajo las encías hace que las bacterias presentes a nivel subgingival puedan pasar a sangre con cierta frecuencia. Este fenómeno se conoce como bacteriemía y está asociado no solo a manipulaciones odontológicas (como la exodoncia o el raspado y alisado radicular), sino también a actividades de la vida diaria, como cepillarse los dientes, pasarse la seda o comer una manzana. El riesgo de bacteriemía es mayor en los pacientes con periodontitis, respecto a personas sanas o con solo gingivitis. La bacteriemía, junto con la producción local de toxinas bacterianas y mediadores de la inflamación, parece que pueden inducir un estado de inflamación sistémica que puede favorecer a otras enfermedades sistémicas. Por ejemplo, está demostrado que en los pacientes con periodontitis se encuentra elevada la proteína C reactiva, que es un marcador de inflamación sistémica y que también es un marcador de riesgo para sufrir infarto de miocardio. La acción conjunta de bacteriemía e inflamación sistémica pueden explicar que la periodontitis haya demostrado incrementar el riesgo de sufrir diferentes patologías sistémicas. Entre ellas, la evidencia científica es especialmente relevante en la asociación con enfermedades cardiovasculares, la diabetes o los resultados adversos el embarazo (principalmente, nacimiento de bebés prematuros). Pero también está en evaluación la asociación con enfermedades respiratorias (principalmente neumonías), artritis reumatoide, disfunción eréctil o algunos tipos de cáncer.
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